El sentimiento más hermoso

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El amor es lo más hermoso que puedes conocer, si alguna vez has amado o estas amando en estos momentos, da gracias por haber sentido o sentir esta emoción, esta pasión, esta alegria que se construye con amor.

miércoles, 28 de enero de 2009

respeto...

Educar, pero sin violencia

Respeto a los alumnos


Marcelo Pérez Rodríguez

Sorprende que hoy día determinados profesores y directores usen la violencia física o emocional como “correctivos” para “educar”, cuando se sabe que este tipo de acciones dañan el aspecto emocional de los educandos y violan sus derechos.

Ya la presión, las amenazas y atemorizar sistemáticamente a los alumnos son acciones que no debieran existir, son del pasado.

Por eso, el gran error de desvestir a unas alumnas de tercer grado de una escuela primaria para “comprobar” si guardaron un billete de 100 pesos que se le perdió a la maestra de grupo, con el aval y la participación del director del plantel, sacude a la sociedad y pone de nuevo a la educación en la silla de las dudas.

¿Por qué llegar a estos extremos y hacer que los niños se sientan delincuentes y, peor, despojarlos de sus ropas frente a unos adultos? ¿Acaso no hay otras técnicas menos bochornosas y ofensivas? ¿Por qué no dejaron que ellos abrieran sus mochilas para revisar si alguien tenía el billete, o se hiciera una plática de sensibilización para utilizar la pérdida o la sustracción del dinero como un ejemplo de lo que no se debe hacer? Hay muchas estrategias para educar, como la discusión y la concienciación, en vez de agredir a los alumnos. ¿Valen más cien pesos que la estabilidad emocional de unos niños? La escuela es educadora, formadora de valores; sus estrategias y acciones deben estar encaminadas a que los menores descubran, se sensibilicen, analicen, reflexionen, propongan y se evalúen. Si hay un problema en el salón, como en este caso la pérdida de dinero de la profesora, qué mejor que hablar, discutir y reflexionar con ellos sobre el hecho. Esos cien pesos se pudieron multiplicar en aprendizajes para los niños.

Pero se hace lo más fácil: la amenaza, los regaños, la detención y, peor aún, la revisión íntima, contra los derechos infantiles. ¿En qué pensaban la maestra de grupo y el director al hacer esta traumática acción? ¿No pensaron en las repercusiones emocionales de las pequeñas, fue más importante el billete que la formación? Los niños merecen respeto. Los adultos no debemos ignorar esto, sobre todo si somos educadores, ni utilizar la violencia emocional o física como correctivo para mejorar la “conducta” de un escolar. Se daña, se lesiona y se traumatizan personas.

Ahora las niñas que fueron despojadas de sus ropas son mal vistas por la maestra de grupo, el director y algunos padres de familia, en lugar de ser apoyadas, protegidas y buscadas para ofrecerles disculpas por tamaño atropello a su dignidad y a sus derechos.

Las autoridades de la Secretaría de Educación del gobierno del Estado no deben quedarse calladas ni dejar pasar esta acción que lesiona la formación de los niños. Es necesario investigar a fondo, con seriedad, sin discriminaciones ni preferencias. Si hay necesidad de sancionar, que se haga; si se tiene que cambiar de escuela a directivos y mentores, adelante, pero que se apoye emocional y psicológicamente a los afectados.

La educación debe ser fomentada en las escuelas con base en valores, no en amenazas, agresiones, abusos y falta de respeto a los derechos infantiles. Si se cometió un abuso, un atropello o se pasó sobre la dignidad de los escolares, las autoridades educativas deben reconocerlo y actuar en consecuencia. Si no, ¿dónde quedarían entonces los famosos derechos de los niños y las niñas?— Mérida, Yucatán.

marpero53@yahoo.com.mx


comentario de patricia may ek:
totalmente de acuerdo con lo que dice este sujeto, ese tipo de acciones dañan la integridad de los niños, los niños merecen respeto, y esas estrategias de humillación o técnicas para una supuesta solución a los problemas que se dan en la escuela, realmente pueden ser ofensivas o traumatizantes para los niños, eso da pie a que yo mencione lo horrible que se siente que a una persona la traten así y provoca desconfianza y temor, al menos yo fuí una de esas personas que en la primaria fue tratada con golpes e insultos y que tuve efectos en mi vida que a decir verdad son poco agradables.

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